Las cigarras (chicharras, para los que habitamos esta cálida región), no se como decir que hacen: los pájaros trinan, los gatos maúllan, el elefante barrita, el borrego bala, la rana croa, la vaca muge, el león ruge, el perro ladra, el cuervo grazna, el burro rebuzna, la liebre chilla, la abeja susurra, el búho ulula, el becerro berrea, el canario gorjea, el cerdo gruñe, el coyote aúlla, el ganso grazna, el grillo grilla, el mosquito zumba, la paloma arrulla, el ratón musita, la zorra chilla, el guajolote gluglutea, el pollito pía, pero, ¿y las chicharras, que hacen? Lo cierto es que escuchamos el sonido característico de estos casi invisibles animalitos, que al unísono (parecieran un millar y en realidad pueden ser unos cuantos especímenes) elevan sus plegarias suplicando la presencia de las lluvias. Al menos eso nos decían de niños; que chillan porque ansían la lluvia ¿oh, será que las chicharras chillan? Lo cierto es, que es el ritual previo a su apareamiento para seguir perpetuando la especie. Pero después de este tiempo en que se dejan ver, mejor dicho oír, ¿a dónde se van?, son casi diez meses que no sabemos de ellas, y de pronto surgen así, de la nada, y en realidad surgen justo antes de comenzar el temporal de las aguas (como decimos los que habitamos esta cálida región), y por eso la relación de chicharras/lluvias. Y así, al caminar por las veredas, calles o caminos, escuchamos el estridente y peculiar sonido de las chicharras (cigarras para los que habitan fuera de esta cálida región). “No tarda en llover, las chicharras ya están llamando a la lluvia”, dicen.
Curiosamente, nuestros abuelos acostumbraban a decirnos que las chicharras anunciaban la Semana Santa por su aparecimiento cada año justo antes de esta celebración (La coincidencia de que su canto inicie en la Cuaresma, tiene que ver con las primeras lluvias de abril). Y el mito según de que sus tres ojos, llamados en realidad ocelos, son los clavos de Cristo y que tienen una explicación científica.
El entomólogo Rafael Menjívar, catedrático de la Universidad de El Salvador (UES), los describe como unos diminutos órganos de visión rojizos llamados ocelos. Con ellos, las cigarras pueden medir los cambios en la intensidad de la luz del ambiente.
Un sonido persistente que inicia en abril es emitido por las chicharras o cigarras cuando están en la etapa adulta. En realidad, el canto atribuido al anuncio de la Semana Santa no es más que un canto de amor que sólo el macho puede realizar invitando a la hembra a copular. Aunque el sonido es emitido a cualquier hora del día es más frecuente e intenso al anochecer y al amanecer.
Otra creencia dice que cuando las chicharras comienzan a cantar a las cinco y media de la tarde, “la época seca del año se va a dejar sentir con toda su fuerza y el calor será el amo y señor de los rincones”, lo que en algunos lugares como aquí en Sonora, ésto podría sonar más lógico y creíble.
