08/03/2023
UNIVERSIDAD DE SONORA
Prof. Francisco González Gaxiola
Taller de Autobiografía
Connie Garza T.
Fecha: 08 DE MARZO 2023 “DIA DE LA MUJER.”
A MIS HIJAS, HIJO, NIETAS Y NIETO.
Aquí y ahora a mis 77 años, hija, hijo, nieta y nieto, si estás buscando conocer la verdad sobre el dinero y la prosperidad, -que yo igual busqué desde muy temprana edad a mis 16 años, estando estudiando empecé a trabajar para ayudar a mi madre y 3 hermanos. –
Sepan que me casé a los 20 años, duré 8 años de noviazgo, con mi primer y único amor, me la pasé esos primeros 10 años de casada, amamantando hijos y cambiando pañales y ya no trabajé. Luego en el riesgo de mis 30 años, que me divorcié, me quedé totalmente sola con 4 pequeños ansiosos e inquietos con sus necesidades individuales, sin ningún apoyo económico. Así, comenzó mi vida con lo único que debía hacer, pero que “no quería”, que era trabajar de sol a sol, para no descuidarlos, pero ¡me fue imposible! Este panorama, no era muy diferente a mis obligaciones que tenía antes de casarme, pues ahora en vez de tener a mi responsabilidad a mis 3 hermanos y madre, ahora eran 4 hijos muy pequeñitos y mi misma vida.
En mi triste madurez de mis 40 años, solo me quedaba aplicar mi corta sabiduría para sacar adelante a mis hijos, exponiendo en algunas ocasiones, mi propia vida y salud, sólo para salir adelante. Así luche, estudié y trabajé por 10 años más.
A mis 50, me encontré inmersa en una gran soledad, después de tantos años de trabajo y estudios, mis críos habían volado también a diferentes rumbos. Yo seguía ahora luchando por el dinero para mi propia supervivencia futura para obtener una triste pensión y así entregué a este mundo todas mis fuerzas y energías, dejando atrás mis sueños y mis ilusiones, como una gran parte de la humanidad lo ha venido haciendo por generaciones. A unos las circunstancias nos llevan a otros rumbos no deseados, terminando por añorar lo que pudimos concretar y no hicimos.
Viví, viví y vivimos… luchando siempre por tener recursos ecómicos y estar constantemente sobreviviendo, y viendo por los demás, una y otra vez, y uno “se olvida de vivir uno mismo y de dar a sus seres queridos”, una vida rodeada de amor y armonía, no sólo como padres, sino también como hijos nos olvidamos de atender las necesidades de amor de nuestros padres y es hasta que éstos parten, nos acordamos de que no les dimos “amor” como debíamos.
A mis 70 años, al fin me encontraba sola, me impuse a sacar adelante a una hermana de casi 68 años, que nadie quería y que consideré, rescatarla pues había quedado viuda, seríamos compañeras. Entiendo que uno debe trabajar en lo que le parece ser una decisión buena, igual hacer lo que más le guste y hacer o lo que sea su pasión, pero sin sacrificar sus propios anhelos. Sin embargo, a mi edad, yo no lo puse en práctica.
Nunca, nunca acepten una rutina que los quiebre, porque estarán cavando su propia tumba y se sentirán esclavos de sus propias decisiones. Traten de vivir, sonreír, agradecer, disfrutar y compartir, cualquier situación que les haya tocado vivir.
Todo puede fluir e ir en armonía si hacen lo que les dicte su corazón, siempre que esté dentro de los estereotipos que mezclados con los elementos culturales, sociales y económicos que resulten en la representación rígida y falsa o inexacta de la realidad. Además de todo, sean impecables con sus palabras, con sus actos, con sus deseos y el Universo pondrá en sus manos lo que necesitan. Sépanse grandes, inmensamente poderosos. Bendigan su camino con sus palabras, hagan de sus actos hábitos y sigan a los deseos de su corazón para llegar hasta donde quieran llegar en sus términos, sin importar lo que otros esperen de ustedes. Aprendan a serse fieles a sí mismos, independientemente de los males que les rodeen.
Y finalmente, sólo abran los brazos a la Prosperidad del Universo, sin culpas, sabiéndose merecedores, porque ustedes son el Universo también y cada parte de ustedes lo sabe. No tienen nada por qué sufrir.
Atentamente, su madre o abuela, que hoy pretende ser más sabia, más espiritual, que trae varios años de servicio y penas, descubrió que además, lo más preciado es ser fiel a “uno mismo” para lograr el éxito. Los amo y quiero que me recuerden como alguien que después de todo lo vivido, amó la vida como ustedes mismos y que independientemente de que yo ya no esté en este mundo, siempre los recuerde allá en lo infinito, como lo más grande que me pudo pasar en esta aventura de la vida, que me tocó vivir.