Del otro lado del mundo, muy lejos de sus seres queridos y rodeado de varios edificios coloniales, se encontraba solo, un hombre mayor. Estaba muy concentrado en su trabajo, cuando de reojo vio el reflejo de una luz intensa que entraba por su ventana. Se puso de pie y va a investigar de dónde viene esa luz y observa que arriba en el firmamento, hay una bastante brillante e intensa. El es muy escéptico para este tipo de fenómenos. Sin embargo, va por su cámara y todavía alcanza a tomar varias fotografías, antes de que la luz desapareciera velozmente ante él. Se sienta a revisar la cámara sin lograr comprender qué era eso. De pronto siente la presencia de alguien detrás de él, voltea rápido hacia atrás y ve una figura estática brillante con ojos muy grandes, bajo de estatura, que no le quita la mirada. Dio un salto de su asiento, soltando la cámara, estaba pálido, sintió que la sangre se le congelaba y el corazón se le detenía. Estaba paralizado y no podía decir una sola palabra. Mientras, mentalmente este ser se comunica con él, diciéndole: » No tengas miedo, no te haremos daño».