Una señora de edad, elegante, bien vestida y peinada, estaba mudándose a una casa de reposo porque su marido con el que viviera 70 años, había muerto y ella quedaba sola.
Después de esperar pacientemente por dos horas en la sala de visitas, ella le dio una linda sonrisa cuando la mucama le vino a decir que su cuarto estaba listo.
A camino de su nueva morada, la mucama le iba describiendo el minúsculo cuarto, inclusive las cortinas floridas que infectaban la ventana.
– Ah, adoro esas cortinas – dijo ella con el entusiasmo de una nena que acaba de adoptar un cachorrito.
– Pero si la señora todavía ni vio el cuarto…
– Ni preciso verlo – respondió ella – La felicidad es algo que uno decide desde el comienzo y yo ya decidí que las voy a adorar… Es una decisión que tomo todos los días cuando me despierto. Sabes, tengo dos opciones: puedo pasar el día entero en la cama contando las dificultades que tengo en ciertas partes de mi cuerpo que no funcionan bien… o puedo levantarme agradeciendo por las otras partes que todavía me obedecen. Cada día es un presente… y en cuanto mis ojos se abren, me focalizo en el nuevo día y también en los buenos recuerdos que guarde para esta época de mi vida.
La vejez es como una cuenta bancaria: Solo retiras aquello que guardaste.
Por lo tanto, te aconsejo que deposites un monte de alegría y felicidad en tu Cuenta de Recuerdos. Y como puedes ver, yo todavía continúo depositando.
Ahora si me lo permitís, me gustaría darte una receta:
1- Arroja todos los números no esenciales para tu supervivencia.
2- Continúa aprendiendo. Aprende más sobre computadoras, manualidades, jardinería, cualquier cosa. No dejes tu cerebro desocupado.
3- Haz y vive cosas simples. Ahí está la magia de la vida.
4- Ríe siempre, mucho y alto. Ríe hasta perder el aliento.
5- Las lágrimas a veces suceden. Aguanta, sufre y sigue adelante. La única persona que te acompañará toda tu vida eres TU mismo. Mantente VIVO, mientras estés vivo.
6- Estate siempre rodeado de aquello que te gusta: puede ser la familia, animales, recuerdos, música, plantas, un hobby o lo que fuera. Tu casa es tu refugio.
7- Aprovecha tu salud. Si fuera buena, presérvala. Se está inestable, mejórala. Si está debajo de lo aceptable, pida ayuda.
8- Dile a quien amas, que lo amas realmente, en todas las oportunidades posibles.
Y RECUERDA SIEMPRE QUE:
La vida no es medida por los números de veces que respiras, sino por los momento en que perdes el aliento de:
Tanto reír…
de sorpresas…
de éxtasis…
de felicidad!
¡¡¡Simplemente así!!!
Autor desconocido