NUEVA CONCIENCIA SOCIAL

01/03/2023.

Universidad de Sonora

Depto. de Letras y Lingüística –Taller de Autobiografía

Mtro. Francisco González

Empezaba el año 2020, yo festejaba mi cumpleaños 74, el día 4 de enero.  Había escuchado en las noticias que había un virus desconocido, y La Organización Mundial de la Salud había calificado la situación como una pandemia y declaraba la emergencia de salud pública de interés internacional.  Por su parte, La ONU anunciaba que estaba causando enfermedades respiratorias en China y que se había empezado a extender en al menos 123 países y territorios. En realidad, pocos le pusimos atención a eso y todos seguíamos en nuestras vidas personales, gozando de la libertad y valores que muchos, hasta ese momento, desconocíamos realmente el valor de lo que eso significaba. Para el mes de marzo de ese año, ya se hablaba de miles de contagiados y cientos de muertes.

A partir de ese momento, casi nadie salía a la calle si no se protegía al 100% con cubrebocas, gels, ropa, etc. Los negocios comenzaron a cerrar sus puertas y ahí iniciaron muchos cambios en nuestras vidas.  El miedo nos comenzó a invadir con la incertidumbre de lo realmente desconocido.  Empecé a recibir malas noticias de amigas y conocidos que estuvieron perdiendo la vida a causa del virus durante este año 2020 y 2021.  Yo cada día que pasaba, aunque vivo con una hermana menor que yo, me sentía sola y asustada.  Ella no parecía estar tan atemorizada como yo, pues no tiene casi amigas y a ella nadie se le murió.  Para finales del 2021, ya se me habían muerto de menos unos 10 conocidos y 8 amigos muy queridos y muy cercanos, tenía desgarrado el corazón.  Mis 4 hijos viven demasiado lejos y me tenían muy preocupada, trataba de llamarles cada rato y ellos a su vez también me buscaban. El ambiente de nuestros alrededores como de nuestras vidas, había cambiado en muchos aspectos. En mi caso, yo acababa de adquirir un auto Hyundai I10 último modelo, color plata, para mí increíble, a inicios del 2021. En vez de felicidad, me causó tristeza con todo lo que estaba pasando, así que decidí venderlo en enero 2022, con sólo 800 kilómetros, totalmente nuevecito a $160,000 a un conocido, pues no salía y no podía salir con él. Me había costado $235,000.00 Con todo lo anterior, quiero expresar ampliamente, el vacío, el dolor y el ambiente en el que casi todos los humanos a nivel mundial estábamos viviendo y sintiendo, a tal grado que ese miedo, me hizo perder el interés por lo material, -aunque confieso que actualmente, me arrepiento. –  En toda mi generación de casi un siglo, habíamos sentido tal pavor a la vida y a todo lo que nos rodeaba, estábamos viviendo, sólo por vivir y sobrevivir a ese virus.

Llegó el año 2022, todo mundo se había vacunado y se seguía vacunando… nosotras no quisimos hacerlo, porque fue tan prematura la decisión de la producción de las vacunas, que no confiaba en ellas y no fui la única escéptica en este concepto.  Mis primas, primos y mis hermanos sin ponernos de acuerdo y varias amigas, decidimos NO VACUNARNOS. De todos los que no nos vacunamos sólo a un amigo le dio el virus y se murió, padecía de muchos males entre ellos diabetes, QEPD era un amor Antonio, vivía en Chihuahua y a otra amiga Olivia que le dio muy fuerte, también no vacunada, pero gracias a Dios, la libró. A todos los demás, no les dio nunca.

Empezando el año 2022 el 28 de enero, fuimos mi hermana y yo al IMSS a consulta de rutina por vitaminas y medicinas normales, era viernes. Habían varios enfermos de Covid en la planta baja, muchos.  Ahí nos asaltaron poniéndonos la vacuna contra la Influenza – ya muchos años nos la habían puesto y no le teníamos miedo-.  Dos días después, mi hermana amaneció con calentura, la llevé a SIMI en vez de al IMSS, porque como digo había muchos enfermos y estaba de moda el virus. El doctor la revisó y le dio paracetamol y la mandó a la casa y en dos días se compuso, mientras yo me comencé a sentir mal, pero no le hacía mucho caso, sólo sentía dolor de cabeza.  Se me ocurrió mencionárselo a mi hijo que vive en Japón y de inmediato se movilizó y se asustó tanto que me consiguió un médico particular con un conocido de él de aquí de Hermosillo.  Yo no quería ver a nadie, yo tomaría lo mismo que mi hermana, pero no quiso mi hijo.  Llegó el dichoso médico. Inmediatamente, me dijo que era el virus, no me hizo pruebas de nada, sólo me ATERRORIZÓ, entré en PAVOR. Me recomendó que comprar un tanque de oxígeno por SI LO NECESITABA, que él me decía dónde comprarlo, le dije que NO.  Me hizo una lista de medicinas enorme, yo no tenía tanto dinero para comprarlas, y mi hijo de Japón, no podía mandarme dinero para comprarlas, sólo comida por internet, -no salen divisas de Japón-. Yo comenté en el grupo de amistades de la universidad que estaba enferma de Covid y no tenía $$ y ellos se organizaron y me mandaron suficiente dinero para comprar el mercado de medicinas que me recetó este médico.  Me estaría visitando a diario, cobrando sus consultas.. Al quinto día, dijo que tenía NEUMONÍA, la verdad, que yo no sentía nada y otro tanto de medicinas me recetó. Una vecina, me estuvo ayudando a ir por las medicinas y me llevaba comida para mí y mi hermana.  Yo me levantaba a atender a mi hermana, porque ella estaba muy desorientada y digamos asustada.  Pasé 15 días tome y tome medicinas y yo más que mal por virus, me sentía mal del estómago, yo nunca tomo ni aspirinas, sólo en casos de emergencia.  Me sentía a veces mareada y mis hijos estaban preocupados también. Tenía mucho MIEDO y PAVOR, me imaginaba intubada, todo lo malo que estuvieron pasando mis amigos fallecidos, lo recordaba y eso me enfermaba más.  Hasta que un día dejé de tomar todo, ya que me pasara lo que fuera.  Ese día comencé a sentirme bien y no volví a llamar al médico.

En verdad, la mente es bien poderosa, y el miedo, es el peor enemigo de cualquier enfermedad. Todo el ambiente me hizo casi morir, las noticias, mis amigas que me llamaban y me contaban otros casos, etc.  Pasando 15 días fui al IMSS, les comenté que me había dado el virus, me hicieron estudios y SALIERON que NO me dio para nada el VIRUS, fue la reacción de la vacuna de la Influenza.  Lo que según la doctora me hizo sentir mal, fue la reacción de tantas medicinas con mis medicinas de osteoporosis e hipertiroidismo. Que el médico debió preguntarme si padecía de alguna enfermedad, ya que me descompensaron tantas medicinas. Además, el diagnóstico de la neumonía, deben hacerse estudios y radiografías,  no como lo hizo él  – yo ni tos tuve. –

En conclusión, quién sabe cuántas personas morirían realmente de esa enfermedad.  A mí las únicas secuelas que me quedaron fueron el miedo a salir a la calle sin tapabocas y el hábito de quedarme en casa, que poco a poco he ido desvaneciendo de mi mente. Siempre he valorado la vida y la naturaleza en general, pero ahora lo siento a un nivel espiritual en contacto con el universo.

Connie.

Autor entrada: spirita

2014.

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