EL HOMBRE QUE ABANDONÓ JAPÓN

Para los que no saben inglés o japonés, he traducido en mi muy personal forma la historia para compartirla con todos ustedes, porque me encantó, me cautivó totalmente. La verdad, cómo me gustaría robarle un pedacito de isla del otro lado para no estorbarle, pero sí qué “envidia”, cómo desearía haber tenido una oportunidad de vida como la de él. Es el vivo ejemplo de lo que realmente deberíamos de ser los humanos, para ser felices ampliamente en combinación con nuestra hermosa naturaleza, que día a día todos los humanos hemos ido matando.

Ahora quiero contarles una linda historia de un hombre llamado Masami Nagasaki, de 78 años de edad. Este hombre fue hijo primogénito de un importante fotógrafo profesional de Japón. En su juventud llevó una vida como cualquier habitante de aquellos lares, pero siguiendo la inclinación de la fotografía que su padre había desarrollado en su persona, aprendió a amar y apreciar la naturaleza. Con el tiempo y la fotografía, se percató de que los humanos tiraban muchas cosas, contaminando todo su entorno, que eran unos egoístas, que sólo veían por sí mismos. Decidió por no tomar una sola fotografía más a la naturaleza “triste” y decidió dejar Japón, fue empacó lo que consideró era suficiente para sobrevivir, tomó un avión y luego una lancha y pidió lo “votaran” en una isla que se encontraba a unos 400 Kms. al sudeste de la Isla Okinawa. Isla que con anterioridad, ya había estado estudiando. Totalmente sola, sin un humano cerca, virgen y limpia.

Su hermana fue la única de su familia, que supo y se enteró de su aventura. Prometió que de alguna manera estarían en contacto. Pasaron 20 años y aún le sigue mandando algo de dinero a la Isla de Iriomote cerca de Okinawa, donde él va aproximadamente una vez al mes. Este dinero le sirve de apoyo para comprar sólo algunas cosas indispensables, por ejemplo como un rastrillo para barrer la playa, una abre latas, huevos, arroz, tijeras, etc.

Un amigo de él Oaki, que se encuentra en esa isla y que lo conoce muy bien, contactó con la jovencita japonesa de nombre Yuka Uchida, quien se interesó de inmediato por hacerle una entrevista a Masami, ya que sólo se le conocía como «El hombre desnudo» y no se sabía casi nada de él. Existía la curiosidad de saber cómo es que alguien podía vivir solo en una isla donde no había, agua potable, ni tierras agrícolas y se le conoce como una isla desértica.

La chica tenía un poco de temor de encontrarse con un ser callado, introvertido y tal vez agresivo y lo que encontró fue totalmente lo contrario un hombre muy feliz, agradable y simpático. Por ejemplo, le ofreció al camarógrafo unos deliciosos mariscos en su concha y éste dijo que no podía porque era alérgico, entonces Masami le dijo que si no le gustaban los mariscos y era alérgico, que entonces también era alérgico a las mujeres, lo que causó mucha risa a los visitantes y a mi también.

He aquí algunas bellas fotografías, que por sí solas hablan de la vida envidiable que está llevando Masami.

Por supuesto, que él no tiene porque utilizar ropa, no la necesita, ni siquiera en la entrevista se inhibió por estar desnudo, él estaba en casa.

Esporádicamente ha tenido visitas de gente curiosa, como es el caso de ella, pero cuando esto sucede, él inmediatamente hace gárgaras con el agua salada del mar y luego se enjuaga con un té que compra, para desinfectarse, pues como su cuerpo está bien desintoxicado y limpio, cualquier bacteria lo enferma del estómago o le da catarro. El es muy sano.

No por vivir solo en una isla, se encuentra desocupado. Generalmente todo el tiempo está ocupado buscando alimentos, va al mar y saca ostras y conchas grandes con alimento puro sin mucho esfuerzo. La isla tiene algunos plátanos, le gustan mucho. También se pone a barrer toda la playa, le gusta verla blanca, brillante y limpia.

La jovencita que lo está entrevistando, le pregunta, si ha tenido contratiempos con el clima, Masami dice que en los meses de septiembre y octubre ha tenido verdaderas tormentas, pero ya sabe cómo resguardarse. También, ha aprendido a sobrevivir con sus únicos vecinos, las víboras y los ratones y uno que otro insecto. Por ejemplo con las astutas ratas, le dieron mucha lata con el arroz que se lo comían todo, rompían las bolsas. Luego compró botellas y también aprendieron las ratas a roer las tapas y se las ingeniaban para robarle el arroz, hasta que se le ocurrió vendar cada botella, pero les ponía un poco de deshechos de comida y santo remedio, dejaron de comer arroz, pero así ha resuelto cada problema y ha aprendido convivir con cada uno de los animales de esa isla. Comentó que él tenía los 20 años de no tomar una sola medicina, que su medicina era tomar baños de mar y que él no obedecía las reglas de ningún humano, él !Sólo obedecía a la naturaleza! !Wuawww y wuawww!

Mostró unos cables de acero inoxidable que compró y él sólo diseño para poder escuchar señales de radio, aunque en la isla no hay corriente eléctrica. Que hace como 8 años, en esa estación implementaron FM y a partir de ese momento comenzó a tener problemas con la señal, porque ahora tenía que estar moviendo el cable para que se acomode la frecuencia y más cuando hay tormentas.

Por las noches, tiene el mejor y exclusivo espectáculo de estrellas.